miércoles, 25 de abril de 2012

Mucho ruido y pocas nueces

 Por @NaachoMoreno

   Mucho ruido y pocas nueces, muchas voces y pocas ideas. Hoy el club es un despelote porque permiten que así lo sea. Ruido de acá, de allá, que habla este, que quiere figurar tal o cual,etc...
   Entre pases, refuerzos, jugadores en cuestionamientos moralistas, políticos que reaparecen en la vida de Gimnasia, y la lista continua, es imposible avanzar. Pero, ¿la culpa siempre es del otro?, ¿existe la posibilidad de autocrítica dirigencial?
   Varios temas son los que, casi por tradición, vienen desarrollándose mal. ¿Realmente hay políticas para que los chicos se formen como hombres de la institución? La pregunta no apunta a lo mero sentimental, sino a apuntalar que los chicos se sientan cómodos donde están, que no tengan la necesidad de salir corriendo a Europa para tener un mejor pasar. Creo que acá está el primer y fundamental problema. ¿Qué piensa un chico que sabe, como la historia lo marca, que va a ser tapado por un "refuerzo" mediocre?
Pablo De Blasis - Foto Prensa Gimnasia
   Gimnasia debe proyectarse a  futuro, si se queda con la banal discusión sobre si De Blasis es hincha o no del club por pedir un monto equis de dinero, vamos mal. El Tripero debe hacer hincapié en cuidar el patrimonio humano, sus jóvenes, sus promesas, y no volver a tropezar de nuevo con situaciones como las actuales.
   Algo se viene haciendo mal, porque ya pasó con Ignacio Piatti hace varios años, la temporada anterior fue Juan Neira y hoy De Blasis está en igualdad de condiciones. No se trata de decir "el que no es hincha que se vaya" o "si realmente quiere al club se queda". Eso es sólo la corteza de un problema, por lejos, mucho más complejo y que es necesario abordar.
   Queda en manos de las dirigencias de turno comenzar a fomentar nuevas ideas para las divisionales juveniles, para que en principio, no vuelvan a repetirse estas historias que lejos están de incrementar el patrimonio social de la Institución.
   El problema viene desde arriba, y es urgente que comiencen a solucionarlo. Algo falla en Gimnasia, y no son sus chicos. El día que el Lobo no sea una vidriera sino una casa, las cosas van a empezar a funcionar, pero para eso hay que trabajar mucho, con ideas y entusiasmo permanente.
  
  
  

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